Español
Históricamente, los tatuajes han estado vinculados con diversas expresiones culturales en todo el mundo; pero fue durante el siglo XX que su uso se amplió de una manera sin precedentes. En los primeros años de este período, se vincularon a profesiones militares y marineras; y en casos menos recurrentes a espectáculos circenses. A mediados del siglo, su uso se volvió más frecuente en otros grupos sociales; y en las últimas décadas de éste, también se comenzó a vincularlos con pandillas y otros grupos delictivos. Además, algunas creencias religiosas también han ayudado en la construcción de una postura de rechazo hacia cualquier modificación corporal; especialmente los tatuajes.
Circunstancias como las mencionadas anteriormente han influido en la construcción de un estigma en la sociedad salvadoreña, especialmente ante el retorno de connacionales al territorio luego de los acuerdos de paz de 1992. Recientemente, en la última década, se ha podido percibir cómo este estigma había comenzado a diluirse lentamente a medida que los tatuajes ganaban cada vez más popularidad entre la población salvadoreña. Las razones que llevan a las personas a hacerse tatuajes son diversas y, por lo general, tienen significados muy importantes para ellas. Sin embargo, el común acuerdo sería que actualmente los tatuajes sirven más a propósitos simbólicos y decorativos cada vez menos tradicionales.
Una de las grandes inquietudes sociales relacionadas a la tenencia de tatuajes es cómo estos podrían afectar en las oportunidades laborales, especialmente al considerar aquellos presentes en zonas muy visibles del cuerpo o de la piel. Dicha preocupación se basa en la tendencia de las empresas por rechazar perfiles de personas tatuadas durante sus procesos de contratación. Este fenómeno sucede de manera más marcada cuando las empresas buscan personas para desempeñarse en puestos de trabajo donde exista contacto directo con los clientes.
Es por ésta clase de motivos que la mayoría de personas optan por tatuajes que son fáciles de cubrir con la ropa. Pero hay un ámbito comercial donde los tatuajes son bien vistos, incluso esperados y llegan a generar confianza entre los clientes; éste es el que se ha desarrollado alrededor de los mismos tatuadores. En El Salvador no existe aún una entidad académica que brinde las bases teóricas y técnicas para qué esta profesión se desarrolle de manera más formal; pero ha tenido muchos adeptos del mundo de las artes plásticas, la ilustración y el diseño gráfico.
Algunos tatuadores se inician practicando en pieles sintéticas y en su misma piel; pero en algunos casos logran tatuar a personas que deciden confiar en ellos. En este ensayo se busca mostrar el ambiente laboral que existe en algunos estudios de tatuaje en El Salvador; por lo que se destaca el proceso completo desde el esbozo de la idea hasta la ejecución del tatuaje. Se detectó en las personas que aparecen en estas fotografías un nivel más o menos común de higiene y orden en cuanto a las herramientas que se utilizan para cada tatuaje. El precio de un tatuaje debe cubrir el costo vinculado a éstas prácticas de higiene, así como el tiempo de duración de todo el proceso para que éste sea rentable.
Esta aún incipiente industria cultural posibilita en nuestro país el comercio sostenible del arte; por lo que su naturaleza se ha vuelto cada vez más aceptada en la sociedad. Aún falta mucho para que el estigma se desdibuje por completo; y este ensayo busca también ayudar a que esto suceda de manera más holística en nuestra sociedad.
English
Historically, tattoos have been linked with several cultural expressions around the world; but it was during the 20th century that its use broaden in an unprecedented way. In the first years of this age, these were linked to military and seafaring professions; and in less recurrent cases to circus shows. In the mid decades of the century, its use became more frequent in other social groups; and in the last decades of it, people also begun linking them with gangs and other criminal groups. In addition, some religious beliefs have also helped in building an attitude of rejection towards any type of body modification; especially tattoos.
Circumstances like the ones described above have contributed in the construction of a clear stigma in the Salvadoran society, especially upon the return of nationals to the country after the peace agreements of 1992. Just recently, in the very last decade, it has been possible to perceive how this stigma had slowly began to dilute as tattoos gain more and more popularity among the Salvadoran population. The reasons leading people into getting tattoos are diverse, and usually have important meanings for them. However, the common understanding would be that nowadays tattoos serve more as symbolic decorations rather than traditional purposes.
When talking about tattoos, one of the biggest concerns are those related to jobs accesses, especially for those designs that are highly visible on the body and skin. This concern is founded in the tendency of local companies to filter-out people with tattoos in their bodies. This phenomenon is more evident when companies look for people to work in jobs where there is direct contact with customers.
Reasons like the one stated above lead people to opt easy-to-cover tattoos, especially with clothing. But there is a commercial field where tattoos are well regarded and even expected; and do generate trust among customers. This particular niche is the one that has developed around tattooists themselves. In El Salvador, there is not yet an academic entity that provides the theoretical and technical bases for this profession to develop in a more formal way; but it has heavily nurtured itself thanks to artist, illustrators and graphic designers among other enthusiasts of the field.
Some tattooists start getting it together with synthetic skins and on their own skin; but in some cases, they manage to tattoo people who decide to trust them. This essay seeks to show the work environment that exists in some tattoo studios in El Salvador; so the entire process is highlighted from the outline of the idea to the execution of the tattoo. A more or less common level of hygiene and order in terms of the tools used for each tattoo was detected in the people who appear in these photographs. The price of a tattoo must cover the cost associated with these hygiene practices, as well as the duration of the entire process to be profitable.
This still-fresh cultural industry allows a sustainable art trade in our country; therefore its nature has increasingly become accepted in our society. There is still a long way to go before the stigma is completely blurred out; so this essay seeks to help make this happen in a more holistic way in our society.
——————————————————————————————